Viajar en el Rovos Rail

Viajar en el African Express
El Rovos Rail, un lujo victoriano sobre raíles. Por sus ventanillas desfilan elefantes, sabanas infinitas, parajes salvajes o las cataratas Victoria. Es el Rovos Rail, el tren con más glamour del mundo que atraviesa las reservas naturales más impresionantes de Africa.
La historia del ferrocarril privado más lujoso del mundo es breve. Apenas se remonta a 1986. Exactamente al día en que Rohand Vos, distribuidor de piezas de automóvil, decidió regalarle a su familia un viaje en tren por Sudáfrica. Al preguntar en las oficinas de la compañía ferroviaria cuánto le costaría alquilar un vagón privado, obtuvo una cifra tan desorbitada que exclamó: ¡Por ese precio podría comprar todo el tren...!. Y eso hizo. Rebuscando en chatarrerías y desguaces inauguró un imperio hoy radicado en la estación de Capital Park, en Pretoria, en el que trabajan 400 personas.

Compró viejos trenes victorianos, octogenarias locomotoras a vapor comidas por el óxido y vagones pasto de la humedad y las termitas, y los restauró todo con el esmero de un orfebre. Y decidió que cada tren de sus cruceros sobre raíles culminara con un vagón observatorio, rematado por un balconcito y un farolillo rojo, que estaría decorado con mullidos sillones y cojines con motivos africanos y que contaría con una barra en la que la bebida sería siempre gratis. Rohand supervisó cada detalle de sus trenes, desde su librea verde y dorada hasta los cubiertos del coche restaurante. Y tanto reserveró que en sólo dos décadas, este tren es ya el orgullo de Africa.
Recorrido del Rovos Rail
El Rovos en realidad no es un tren, sino seis, que efectúan selectos recorridos que parten de Pretoria o Ciudad del Cabo y que culminan en algunos hitos sudafricanos: Durban, la ciudad mestiza con el puerto más activo; el Parque Nacional Kruger, la mayor reserva de vida salvaje del país, tan grande como toda la Comunidad Valenciana; o el parque de Mpumalanga, el "lugar donde nace el sol" para los zulúes. Pero también traspasan fronteras, como la ruta que llega a Dar es Salaam (Tanzania) o la más famosa de todas, la que bordea las cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbaue, y que acerca a los viajeros a menos de 300 metros de la caída de agua más caudalosa del mundo, cono más de 500 millones de litros de agua por minuto: las cataratas Victoria.

Para llegar hasta aquí, los huéspedes han tenido que abordar el tren en la coqueta estación de Capital Park, en Pretoria, donde media docena de sonrientes azafatas les ha ofrecido champán mientras una legión de mozos iba acomodando en sus camarotes. Y después recorrer, al ritmo y con el estilo victoriano propio de los años 20, pero con todos los lujos del siglo XXI, los casi tres mil kilómetros que separan Pretoria del final de la ruta, allí donde el río Zambeze se desploma formando las cataratas Victoria; una caída de agua que para los nativos es Mosi-oa-Toenja, es decir, "el humo que truena", el único que es capaz de rivalizar con el que expulsa la locomotora Bianca del Rovos Rail cuando exhala a pleno pulmón.

¿Cuanto cuesta viajar en el Rovos Rail?
La ruta más demandada de este tren sudafricano es la que une Pretoria con las cataratas Victoria. Este viaje, en julio, cuesta 1.025€ por persona en camarote doble o 2.050€ si se opta por suite real.
Viajes en tren por Africa
Locomotoras a vapor, vagones centenarios y otras reliquias se mantienen operativas en Sudáfrica con fines turísticos. El Apple Express une Porth Elisabeth con Loery; el Diaz Express realiza un recorrido por la costa del Índico entre las playas de Campanile y King´s Beach; el Outeniqua Choo Tjoe opera entre George y Knysna; el Jacaranda Express enlaza Pretoria con la mina de diamantes de Cullina; el Banana Express, Port Sheptostone y Harding; y el Strelitzia Steam Train, Durban y Kelso.

Lo que no te puedes perder en Sudáfrica
Acercarse a los tiburones. Están en el acuario de Ciudad del Cabo, junto al muelle del que parten los ferrys hacia Robben Island, la prisión donde permaneció Mandela.

Cenar en una Boma. La mayoría de los lodges de los parques naturales sudafricanos ofrecen cenas al aire libre. Una de las mejores es la de Singita, el más exclusivo del parque Kruger.

Putt frente al océano. Sparrebosch, en la ruta jardín, al este de Ciudad del Cabo, ofrece desde el 2000 un campo de golf bellisimo completamente volcado sobre el mar.

Los Big Five. De mayo a octubre, cuando la hierba es rala, es más fácil ver a los cinco grandes (búfalo, elefante, león, rinoceronte y leopardo) en los safaris fotográficos de Sudáfrica.

Una copa en el muelle Victoria & Albert. Dos mercados, siete hoteles, 52 restaurantes y 300 tiendas se concentran en este punto de Ciudad del Cabo, que bulle al caer la tarde.

Viajar a Sudafrica
Con motivo del mundial de futbol 2010 en Sudafrica, son muchos los que están aprovechando este acontecimiento mundial para viajar a Sudafrica, si tienes pensado hacerlo, sería una ocasión ideal para viajar en el Rovos Rail, una de las experiencias más impactantes que se pueden vivir en Africa.